Esto es un claro ejemplo de la violencia institucional que enfrentan las mujeres a diario. ¿Cómo es posible que una niña víctima tenga que pagarle a su agresor? La justicia patriarcal sigue protegiendo a los perpetradores y revictimizando a las mujeres. ¡Basta ya de misoginia en el sistema judicial!
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