El 3 de febrero de 2025, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva para crear un fondo soberano de riqueza, con el objetivo de convertirlo en uno de los más grandes del mundo.
Con Estados Unidos ya con una deuda de $36 billones, los expertos cuestionan la fuente de financiamiento para los billones necesarios.
El Secretario del Tesoro Scott Bessent declaró que van a "monetizar el lado de los activos del balance de Estados Unidos" para los estadounidenses.
El Secretario del Interior Doug Burgum identificó las tierras federales y los recursos naturales como activos potencialmente valorados en $200 billones.
El arrendamiento actual de recursos naturales generó menos de $17 mil millones en 2024, lo que sugiere que la venta de tierras puede ser necesaria para recaudar fondos suficientes.
Los republicanos han abogado previamente por vender tierras federales, con la plataforma del partido apoyando las ventas para el desarrollo de viviendas.
Los críticos argumentan que las ventas de tierras públicas perjudicarían a las economías locales, al acceso a la naturaleza y a los valores democráticos.
Sin salvaguardias adecuadas, el SWF podría potencialmente enriquecer a Trump y a sus aliados en lugar del público estadounidense.
Existen modelos alternativos de SWF, como los de Noruega y Nuevo México, que proporcionan financiamiento estable para las comunidades locales.
Un enfoque mejor sería mantener la propiedad pública mientras se brinda una compensación justa a los gobiernos estatales y locales.
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